miércoles, 28 de septiembre de 2016

Pero si sólo son cuatro días

Tocan fiestas patronales. Charangas, peñas, fuegos artificiales, procesiones.....dicho así suena muy divertido, ¿no es cierto? La otra parte son borracheras, comas etílicos, peleas y trifulcas, mucho ruido, suciedad por doquier, calles cortadas y difícil circulación y aparcamiento...

¿Dónde está el límite entre pasarlo bien y desfasar, y lo que es lo mismo, hasta dónde se lo puede pasar bien uno sin molestar al vecino (nunca mejor dicho)?



El sentido común es el menos común de todos los sentidos, frase redicha para anticipar que, como cada uno pensamos de una manera no hay más remedio que legislar para evitar problemas de discernimiento.

Porque, no nos engañemos, lo que a uno le puede parecer muy divertido y soportable, a otro le puede parecer aborrecible e inaguantable. Sin ir más lejos las juergas de las peñas en locales cerca de viviendas. Habitualmente estas peñas suelen estar compuestas por adolescentes (no voy a entrar en si hay menores de edad bebiendo), que quieren divertirse al máximo, subiendo el volumen a todo lo que da el equipo de música hasta avanzada la madrugada. Según ellos, al estar en fiestas, tienen derecho a pasarse "un poco" de lo normal, sin embargo no tienen en cuenta que ese pasarse un poco afecta mucho a bebés, niños, mayores o gente que al día siguiente tiene que levantarse temprano y no pueden dormir.



Como es imposible llegar a un acuerdo cordial, no le queda otra al Ayuntamiento de la población que dictar una ordenanza que legisle el comportamiento que debe existir en esos períodos especiales o que esté determinado ya en otras ordenanzas existentes. En muchas ocasiones pagan justos por pecadores y cuando se prohibe,por ejemplo, alquilar locales a peñas, puede que alguna peña no fuera a incumplir los artículos de la ordenanza, pero no pueden alquilar locales donde hay asimismo viviendas.

Lamentablemente es algo común, tener que legislar algo porque no todo el mundo sabe realizar una actuación o uso apropiado. En la empresa es más que habitual dictar este tipo de normativas internas, ya que ciertos individuos son incapaces de establecer límites de sentido común, y por tanto pueden con su mal comportamiento, no sólo molestar al resto de compañeros, sino retraer el crecimiento de la empresa.

Algo tan sencillo como llegar a la hora, no estar en el office demasiado tiempo, no hacer un uso indebido del teléfono de empresa o de los ordenadores, ha tenido que limitarse en la empresa debido al mal uso que otras personas han realizado anteriormente y, sólo por no tener sentido común, han condenado a que nadie pueda realizar algo que tendría sentido de forma excepcional.

Al mismo tiempo, igual que en las Fiestas Patronales, hay excepciones y excepciones, valga la redundancia. Todos tenemos más paciencia en esa época porque, es lo que toca, pero eso no significa que cuando demos la mano nos tomen todo el brazo. En la empresa se pueden hacer excepciones en todos los términos, siempre y cuando la excepción no sea la regla y el riesgo sea medido.

Por ejemplo, una operación con un gran cliente que puede aportar muchas ventajas a la empresa puede conllevar una negociación especial que necesite de excepciones a las reglas definidas por la empresa: términos de pago, stock mínimo en almacén, días de servicios, gestión documental y un largo etcétera. Pero no podemos basar nuestras operaciones en continuas excepciones a reglas, ya que si no estaremos continuamente en las manos de nuestros clientes y de sus demandas, como si de niños malcriados se tratara. Los clientes también valoran el carácter de una empresa y demostrarlo en las ocasiones oportunas les hace también sentirse más seguros al entender que están acordando un servicio que la empresa quiere confirmar siguiendo sus normas.



Por lo tanto, caben las excepciones y en muchas ocasiones se puede sacar mucho provecho de ellas, pero siempre con un orden y no de forma indefinida.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Dar cera, pulir cera

Todos recordamos esa frase del maestro Miyagi a "Karate Kid", cuando le explicaba cómo tenía que limpiar y abrillantar su viejo coche.



He vivido más de la mitad de mi vida practicando artes marciales y me he dado cuenta de una cosa, si dominas una puedes aprender otra con muchísima facilidad. Es como quien juega al fútbol sala, si se tiene que echar un partido a fútbol 11 lo tiene mucho más sencillo, cambian algunas cosas, sí, pero la base es la misma.

Desde hace unos 15 años se ha puesto de moda el MMA, Mixed Martial Arts. Todo viene del Vale Tudo, o vale todo, traducido del portugués. Allá por 1.925, la familia brasileña de origen escocés Gracie, abren un Dojo en el que comienzan a enseñar de forma popular un nuevo sistema basado en el Jiu Jitsu tradicional japonés, aunque con algunas modificaciones para actualizarlo, modernizarlo y hacerlo más efectivo. Más adelante, la familia Gracie demostró la eficacia de este sistema de defensa personal contra luchadores profesionales que proclamaban que podrían vencer al Jiu Jitsu de la familia Gracie, con rotundos fracasos por cierto. Finalmente en 1.993, se creó la UFC (Ultimate Fighting Championship), empresa que realizaba actos de lucha con reglas Vale Tudo o MMA, en la que peleaban grandes luchadores de varias modalidades. Los primeros eventos los ganaron sin problemas luchadores de la familia Gracie, ya que el resto de "gladiadores" se habían entrenado limitando su arte marcial a sólo manos, o sólo piernas o sólo suelo, mientras que el Gracie JiuJitsu es un conjunto de movimientos enfocados a intentar dominar el combate de pie  y en el suelo.




La hegemonía de la familia Gracie duró poco ya que su modalidad fue copiada y actualmente hay muchos gimnasios que enseñan MMA, y es  bastante normal que muchos grandes luchadores de otras modalidades terminen aprendiendo con facilidad puesto que las bolsas y el número de combates de MMA son mayores que en las artes marciales más conocidas.

Lo importante en las artes marciales es estar en buena forma física y mental (hay que tener paciencia y saber identificar cómo pelear y ello requiere estrategia y concentración), coordinación, elasticidad y voluntad. Si alguien tiene esto, puede hacer cualquier arte marcial. Incluso aunque sea cinturón negro de kárate, estoy seguro de que en breve podría ser de nuevo cinturón negro de hapkido o combatir en esgrima.

Bien, pues esto mismo creo que se podría adaptar a alguien con experiencia en un sector o con un ERP....¿qué es eso de que tiene que tener experiencia de más de X año en el sector o con un ERP? El período de adaptación, que claro que tiene que existir y no lo niego, dependerá de las aptitudes que tenga y que además influirán a posteriori en su desempeño común, es decir, si se adapta con rapidez es que era y será más que apto para ese u otro sector y puede aportar más valor que muchos otros que hayan estado en el mismo sector de forma estática.

Sé que el período de formación puede asustar a muchos mandos que piensan que por ahorrarse dos/seis meses de formación, están economizando, pero la verdad es que no es así. Hay que ver las aptitudes de una persona. Si un trabajador ha estado en varios sectores es posible que sea capaz de aportar ideas que, justo por estar en el mismo sector de forma continuada, no se le habrían ocurrido. Lo que hay que detectar es que esa persona es capaz, mediante sus otras aptitudes, de aportar algo que la empresa pueda necesitar.

Creo que no tengo nada que decir de los ERP's, es más que evidente que jugar con la XBOX y con la Play4 tiene pocas diferencias.....sé que jugar no es lo mismo que trabajar, pero para un profesional, con experiencia enorme en SAGE, cambiar a AS400, a SAP, a Navision o similar le es tan sencillo como cambiar de la consola de Microsoft a la de SONY.

¿O no es verdad?