domingo, 17 de julio de 2011

¡Cortar las malas hierbas!

Estoy leyendo cada vez más libros de gestión de personal y sólo he encontrado dos en los que hagan referencia a que cada acto negligente por parte del líder del equipo necesita unos cuatro actos, digamos buenos, para volver a posicionar la confianza en su posición.

Casi ningún libro habla de que la gente no cambia, al menos un gran porcentaje de personas no cambian, sus paradigmas están muy arraigados. Hay empleados que siguen viendo a los directores, sólo por el hecho de tener el título de director, como el enemigo que les obliga a trabajar y encima se lleva un sueldazo enorme.













Hay muchos directores que ven, y creo que verán siempre, a sus colaboradores como meros peones que siempre deben seguir en esa posición y además que hay que vigilarles continuamente.






Pues ni todos los jefes/directivos son iguales ni todos los trabajadores son iguales. El puesto no designa la eficacia/eficiencia y el compromiso de la persona, sino su trabajo. Yo tuve una colaboradora con la que estuve trabajando poco tiempo, pero ese corto espacio de tiempo fue suficiente para darme cuenta de que, no solo era una asistente fenomenal, sino que además podría llegar muy lejos si se la diera una oportunidad, incluso que podría estar por encima de mi puesto. Fue una lástima que en la empresa donde yo me encontraba en ese momento ni era posible un ascenso ni casi seguir trabajando en ella.

Lo que sí que hay que tener en cuenta es que, si a una persona se la escucha, se la da lo que necesita, se la apoya y sabe cómo tiene que desarrollar sus tareas pero no quiere aún así trabajar hay que recolocarla o despedirla. No he dicho que haya que deshacerse de ella (la persona), en el primer roce, hay muchos aspectos a tener en cuenta antes de llegar a ese paso. No quiero hacer publicidad de libros, pero uno de ellos "Gestión de Incompetentes", da varios pasos antes de llegar a la situación definitiva. Esos pasos no tienen que ser largos en el tiempo, no significa que antes de despedir a alguien tengamos que tenerla en observación durante años, pero sí tenemos que ser capaces de respondernos a esas preguntas con sinceridad y ser capaces de discernir entre si nosotros también somos culpables de que tenga necesidades (que no deseos), que no hayamos podido cubrir, porque somos responsables de esas necesidades, o si el trabajador se ha predispuesto contra la empresa/departamento.

Entiendo que, en algunas ocasiones el coste económico y de tiempo en buscar otra y enseñarla haga que, sea complejo dar el paso para despedir a "la oveja negra", pero, no nos engañemos, si una persona trabaja mal por las buenas hoy, trabajará peor a las malas mañana. Es fácil decirlo, pero es una decisión que se tiene que tomar, habrá que despedirla. Hacer lo que hay que hacer cuando hay que hacerlo es bueno a medio/largo plazo y las empresas se crean con ánimo de durabilidad, igual hoy no es un problema, pero si no lo hacemos lo será siempre.

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