En estas fechas se producen muchas reuniones, tanto particulares como profesionales, para celebrar las Fiestas. Se supone que estas reuniones intentan congregar a la gente para celebrar, para congratularse, para unir....pero muchas veces ocurre lo contrario, hay problemas entre unos y otros que a veces se acentúan.
¿Qué ha pasado para que no podamos ver al "De Compras", o por qué no soportamos "Al Contable"? ¿Qué han hecho para que esa distancia sea insalvable? ¿Son tan insoportables o nosotros somos tan especiales?
Antes de comenzar a cargar toda la responsabilidad de esa tirantez en la otra parte, examinemos qué hemos hecho nosotros mismos para deteriorar esa relación...qué hemos dicho, cómo lo hemos dicho, cómo hemos tratado la/s situación/es con esta persona. Lógicamente, estas preguntas hay que hacerlas intentando ser imparcial en la situación. Desde luego que cinco minutos antes de la reunión no es lo más aconsejable, con tiempo suficiente para meditar sobre nuestros actos.
Seguro que después de un análisis de todas nuestras actuaciones seremos conscientes de que en algo hemos contribuido a que exista cierta distancia. Es más, en muchas ocasiones hemos sacado de contexto momentos o hemos dado más importancia a actos que realizados por otras personas habríamos pasado perfectamente por alto.
Teniendo en cuenta esto cabe esperar que un cambio en nuestra actitud haría posible que fuera bien vista por la otra persona, un punto que puede poner de nuevo a funcionar la relación, o por lo menos no deteriorarla aún más. Pero si queremos un cambio y esperamos que sea a mejor, el primer paso lo tenemos que dar nosotros.
En las reuniones familiares y en las laborales de estas Fiestas nos veremos obligados a unirnos con algunas de estas personas, de nosotros depende que tengamos unas fechas memorables y que efectivamente sean un cambio positivo y un punto de inflexión.
